Importancia de los espacios verdes y azules para el bienestar
Los jardines, los parques, las zonas verdes o el arbolado y zonas azules son elementos clave para mantener una buena calidad de vida y favorecer el bienestar de las personas.
El paisajismo nunca se ha sentido tan gratificante y beneficioso como ahora. A medida que el mundo se enfrenta al distanciamiento social debido a la pandemia de COVID-19, reunirse en espacios verdes es una excelente manera de relajarse y reagruparse durante estos tiempos. Los espacios verdes regulan la temperatura y producen oxígeno: además, absorben los contaminantes y amortiguan los ruidos. Pero más allá de su valor intrínseco (su buena organización, su calidad o el grado de protección), muchas veces es su dimensión simbólica la que los convierte en lugares apreciados.
Se ha valorado muy positivamente el paisaje natural o seminatural propio de los espacios verdes y azules, el paisaje forestal, con su flora y fauna asociada, y el silencio y la tranquilidad de los cuales se puede disfrutar cuando se visita alguno de estos espacios. Estos son algunos de los principales elementos que se deberían poner en valor al desarrollar espacios para la salud y el bienestar de residentes o visitantes. No obstante, los otros elementos que se han valorado, como el agua, los propios equipamientos de los espacios, entre otros elementos, también deberían considerarse en estrategias para el bienestar, tanto al darlos a conocer, como al potenciar su uso o disfrute.
Existen diferentes dimensiones del bienestar analizadas. Las más valoradas – en todos los espacios – son la dimensión ambiental (la posibilidad de estar en contacto e integrarse en la naturaleza),la psicológica (la posibilidad de relajarse y recuperarse del estrés, así como aprender cosas) y la física (la posibilidad de realizar ejercicios físicos en un espacio abierto), por encima de las dimensiones financieras, espirituales y sociales.
Los espacios verdes como lugares donde mejorar el bienestar es un recurso doblemente positivo, dado que es beneficioso para los propios espacios verdes y azules (es una oportunidad para tener más visitantes, generar más actividad económica y disponer de más recursos y argumentos para la conservación de los ecosistemas y de la biodiversidad), pero también para la sociedad (es una oportunidad para mejorar el estado – real y percibido – de la salud de las personas). La adquisición o visitas a los espacios verdes y azules son de gran interés para favorecer el espacio y la vida, ya que estos espacios llevan a cabo un papel importante en la mejora del bienestar.
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